lunes, 3 de noviembre de 2014

10 Razones de por qué es necesaria una Escuela Activa en León


1. Porque queremos  aulas alegres, dinámicas y bulliciosas. Ello es consecuencia del trabajo creativo y productivo en el que los alumnos tienen tanta participación como el maestro.
2.  Porque cuando el trabajo docente está alimentado por la actitud gozosa del niño, el aprovechamiento es muy superior al común, aquel propio de las aulas en las que el maestro pasa las horas verbalizando sin la participación activa del alumno. Para que esto ocurra, es preciso que dentro de las aulas exista un ambiente de convivencia entre maestros y alumnos, en el que siempre esté presente la común cooperación.
3.   Porque el maestro es quien  guía, quien colabora con ellos, quien ayuda a tomar decisiones, quien proporciona fuentes de información, quien respeta y es respetable; es en fin, el que no amenaza ni intimida ni limita y hasta puede ser objeto de crítica si, a juicio del grupo, comete alguna injusticia. Esta relación maestro-alumno hace posible un tipo de niño capaz de amar, de comprender y de respetar a los demás, en justa correspondencia con el amor, la comprensión y el respeto que recibe. En este ambiente se produce la armonía de intereses que hace posible uno de los más caros ideales de la Escuela Activa: ¡salvaguardar la alegría del niño! Cuando acudir a la escuela es motivo de júbilo y de euforia, el niño vive de acuerdo con su naturaleza.
4.       Porque si la relación maestro-alumno está fortalecida, esta relación no solamente se traduce en un elevado índice de aprovechamiento sino de madurez emocional, al establecimiento de relaciones interpersonales constructivas y a la adquisición de la seguridad y la confianza necesarias para toda la vida futura del niño. Esto es consecuencia natural de que el niño no tiene que luchar contra el maestro ni defenderse de él. No habiendo desgaste de energía por estos canales, no teniendo que rebelarse el niño contra actitudes inflexibles tanto en lo académico como en lo emocional, el niño es precisamente eso: ¡niño! La escuela activa quiere seguir sutilmente la pista de la evolución natural del niño, jamás precipitarlo para que alcance en el menor tiempo posible -a costa de neurosis prematuras- otras metas y otros objetivos que no sean los propios de su edad.
5.       Porque queremos que las cosas vayan al ritmo que deben ir. La escuela jamás debería perder de vista que precipitar la madurez es un atentado contra su naturaleza. El niño tiene derecho a vivir su vida al ritmo que le es propio, y este ritmo no está signado por la prisa, que es sello distintivo de nuestro tiempo. Hay infinidad de escuelas que fincan su presunto éxito en la prisa,  porque tienen mucha prisa en precipitar la madurez y el aprendizaje. Lo que se consigue, en todo caso, es que el niño memorice más y mejor, mas no que comprenda aquello que memoriza y que en tantos casos es aprendizaje inútil. El tiempo que vivimos los adultos, tiempo de competitividad salvaje y de celeridad neurótica, ha trastocado el ritmo de maduración del niño. Así infinidad de gente cree que la buena escuela es aquella que produce niños que en primer año escriben cincuenta palabras por minuto, dominan el inglés y operan con el ordenador. ¿Y el niño, en dónde quedó el niño?
6.       Porque queremos una escuela dinamicamente serena y ritmicamente activa, en contraste con tantos centros de domesticación en los que la represión es sinónimo de orden y el autoritarismo ha suplantado la disciplina.
7.       Porque queremos una escuela en la que el niño viva su vida activamente, involucrándose, participando, comprometiéndose con el proceso educativo que corresponda justamente al momento que vive física, emocional e intelectualmente, esto quiere decir: a su edad.
8.       Porque queremos que la inquietud del niño sea la materia prima que, transformada en trabajo, da por resultado un aprendizaje racional y un proceso gradual de madurez del que resulta el niño maduro e inteligente. Nosotros pensamos que los niños que no son natural y sanamente inquietos deben estar enfermos...o domesticados por una educación represiva. En aquellas escuelas, la inquietud del niño se reprime y se mata.
9.       Porque los métodos activos parten del supuesto de que el individuo es un ser en desarrollo. Si tomamos como punto de partida al alumno, se busca estimular sus esquemas mentales y, así las materias de enseñanza son instrumentos a través de los cuales, se movilizan dichos esquemas. La disciplina se basa en la responsabilidad y no en la autoridad. Alumnos y profesores no están tan separados por jerarquías y hay entre ellos intercambios para que los segundos le puedan guiar a los primeros en su desarrollo personal.
10.  Porque en la escuela activa, las mamas y papas son bienvenidos siempre. El bienestar y el aprendizaje de las niñas y niños dependen, en primer lugar, de sus vivencias en su casa y en su familia. Por eso en nuestra escuela queremos ser un lugar de crecimiento para los niños, pero también para sus mamas y papas. Si ellos crecen nosotros crecemos con ellos.
Si tu opción es la educación activa no dudes en ponerte en contacto con nosotros, queremos que este sueño se haga realidad en León y para eso te necesitamos.


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