Desde que pasa por las aulas un visitante que
llega a una Escuela Activa ve a los niños y las niñas trabajando en pequeños
grupos. El visitante se detiene y ve a un grupo de tercer grado que conversa sobre
algo muy interesante: “La vida en el campo y la vida en la ciudad”. Mientras
conversan, van revisando y leyendo una guía de auto-aprendizaje que les ayuda a
desarrollar contenidos y las actividades de la clase. Entre ellos se responden
preguntas que encuentran en estas guías, debaten sobre lo que cada niño o niña
responde y escriben en el cuaderno sólo las conclusiones de las discusiones. Lo
más interesante es que conversan a partir de situaciones conocidas, sencillas y
relacionadas con su diario vivir, lo que hace que el aprendizaje sea
significativo.
Este visitante también descubre que los niños y
niñas están entusiasmados, de forma organizada y disciplinada. Mientras la
docente atiende a otros grupos de niños y niñas de diferentes grados, ellos quedan
solos y bajo el liderazgo de una niña monitora que ha sido elegida por sus compañeros y compañeras
para guiar el desarrollo de la guía. A los niños y niñas les motiva seguir con
atención cada momento de la guía y no se detienen aunque la docente esté con
estudiantes de otros grados. El visitante se da cuenta del rol fundamental de
la docente ya que ella actúa como facilitadora de aprendizaje cuyo propósito es
motivar a los niños y niñas a que descubran por sí mismos las respuestas a sus
interrogantes y puedan aprender.
En la misma aula donde está el grupo de tercer
grado, el visitante encuentra un grupo de niños y niñas de primer grado que
juegan y aprenden en uno de los rincones de aprendizaje con recursos de
aprendizaje elaborados por los docentes, con la colaboración activa de los
padres y madres de familia. Uno de estos recursos es la caja de letras móviles,
en donde los niños y niñas están motivados para construir palabras nuevas que
luego anotan en sus pizarritas personales. Con estos recursos, el primer grado
es un espacio letrado donde los niños y niñas han decorado las paredes con
cuentos escritos, poemas, adivinanzas, canciones y otro tipo de textos. Para el
visitante las letras son parte de los juegos de los niños y niñas.
El visitante se sorprende al observar que los niños
y niñas de primer grado no escriben y repiten planas de escritura en el
cuaderno durante toda la clase, sino que cada niño o niña trata de resolver un
problema diseñado para su nivel y su ritmo de aprendizaje individual. Los
estudiantes preguntan, comparan, infieren, deciden, interactúan con los textos
y cuando se dan cuenta de sus errores se
auto-corrigen o corrigen a sus compañeros, como
evaluación formativa continua.
Después de
observar el grupo de tercer y primer grado, el visitante comprueba que cada uno
de los grupos de niños y niñas de la escuela actúa como grupos cooperativos, en
donde todos se ayudan, aprovechan sus fortalezas y verdaderamente aprenden a
trabajar en equipo.
Con esta atractiva forma de educar me entran ganas de volver a matricularme en primaria... Lástima de los años !
ResponderEliminarAunque de alguna manera espero poder participar con niños, padres y docentes en este ilusionante proyecto de enseñanza que se está gestando en León.
Enhorabuena por el blog !
Un saludo:
Kike